Irene López Hernández (Valencia, 1997)
Grado en Bellas Artes, Facultat de Belles Arts de la Universitat Politècnica de València, 2019
Máster en Producción Artística, Facultat de Belles Arts de la Universitat Politècnica de València, 2019-2020
Degradación de una percepción
Ensamblaje de cubo de madera con pasta de papel, cartón, plantas preservadas y tarlatana, pintados con esmalte en spray (técnica de incompatibilidad agua-grasa), óleo y acrílico sobre tabla de contrachapado con bastidor
Dos cuadros de 92 x 73 cm y 81 x 65 cm respectivamente, con prolongaciones de unión entre ambos (cartón y plantas preservadas), adaptables según el espacio expositivo y la separación entre ambos
Esta propuesta ofrece una interpretación onírica de nuestra subjetividad, en una reflexión en torno a nuestra percepción de distancia respecto a la naturaleza a través de la idea de “ventana interiorizada” fruto de la autoconsciencia del ser que nos caracteriza como humanos y marca un aparte con el exterior.
El proyecto, aborda este sentimiento de distancia confrontado con los efectos de la temporalidad como recordatorio ineludible de nuestra pertenencia al mundo orgánico, donde el crecimiento, el cambio y la degradación nos recuerdan que somos naturaleza.
En la obra se recrea esta barrera interior, que forma parte de nosotros y se desvanece con nosotros, desde su tratamiento objetual y matérico, como ventanas o marcos en los que irrumpe vegetación en continuo crecimiento y degradación, estando viva.
A través de soluciones tridimensionales con la inclusión de materiales extrapictóricos, se busca la evocación al mundo vegetal sin ocultar el carácter plástico de los medios empleados, con el principal interés de generar sensación de dinamismo como representación de la naturaleza cambiante y con ello de nosotros mismos, también en constante evolución.
Asimismo, trata de plasmar nuestro crecimiento, físico e interior. Un viaje de ida y vuelta en el que gradualmente nuestra autoconsciencia nos hace apartarnos de la naturaleza hasta que el tiempo vuelve a recordarnos que somos parte de ella y la barrera que nos divide florece. Algo que también nos conecta, en cuanto alude a la interioridad de todos.